Estado de la salud en la población "enfermedades crónicas"

Día mundial de la salud 

7 de abril 2023 

Publicado en: 3 de abril de 2023  y atualizado en: 3 de abril de 2023
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En la Región de las América Latina, las enfermedades no transmisibles causan cada año casi cuatro de cada cinco defunciones (79%), e inevitablemente esta cifra aumentará en los próximos decenios como consecuencia del crecimiento y el envejecimiento de la población, la urbanización y la exposición a los factores de riesgo. Las enfermedades cardiovasculares (38%), el cáncer (25%), las enfermedades respiratorias (9%) y la diabetes (6%) son las cuatro principales causas de muerte por enfermedad no transmisible.1

A medida que las personas envejecen, presentan una exposición más prolongada a posibles factores de riesgo, como el consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, la actividad física insuficiente y hábitos alimenticios y alimentación poco saludables. Como consecuencia, las personas mayores padecen múltiples trastornos crónicos. De acuerdo con un estudio general sobre las tendencias y proyecciones poblacionales de la Región por grupo etario que abarcó el período entre 1970 y el 2030, se calcula que para el 2030 la población en general se duplicará, principalmente debido al crecimiento de los grupos poblacionales de mayor edad: habrá 4,2 veces más personas de 60 a 79 años y 7,3 veces más personas de 80 años en adelante, lo que representa un aumento notable.

Los cambios demográficos y epidemiológicos han contribuido al aumento de la carga de las enfermedades no transmisibles en la Región de Latino América. Además, estas enfermedades ya no se consideran exclusivamente consecuencia del curso natural de la vida, puesto que son prevenibles y causan muchas muertes prematuras. De todas las muertes por enfermedades no transmisibles, 35% ocurren prematuramente en personas de 30 a 70 años de edad; de esta cifra, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, en conjunto, representan 65% del total de muertes prematuras.1

 

Las enfermedades no transmisibles en cifras

En el 2012, una persona de 30 años de edad que vivía en la Región de las Américas tenía 15,4% de probabilidades de morir a causa de cualquiera de las cuatro principales enfermedades no transmisibles (accidentes cerebrovasculares, cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas) antes de llegar a los 70 años de edad.11 Este porcentaje es menor que el cálculo a nivel mundial para ese año, cuando la misma persona tenía 19,4% de probabilidades de morir antes de llegar a los 70 años. En la Región de las Américas, la tasa de muerte prematura varía de una subregión a otra, y fluctúa entre 18,6% en el Caribe no latino y 11,4% en el área andina, lo que implica una diferencia absoluta de 7,2 puntos porcentuales. La tasa de muerte prematura tiende a ser mayor en los hombres (18,5%) que en las mujeres (13,0%) en todas las subregiones (1, 33).

 

Enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la Región. Los factores de riesgo más importantes son el consumo de tabaco, la obesidad, la hipertensión y los niveles altos de colesterol. No obstante, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha descendido de manera sostenida en la mayoría de los países del continente: entre los años 2000 y 2010 se ha registrado una reducción de 19% en la población en general (20% en las mujeres y 18% en los hombres). Una tercera parte de los 1,8 millones de muertes que se registran cada año por enfermedades cardiovasculares en la Región ocurren en personas menores de 70 años; sin embargo, esta cifra ha descendido en 21% en el período comprendido entre el 2000 y el 2010 (34, 35).

Entre los países se observan disparidades asombrosas: las tasas de exceso de mortalidad en los países de ingresos bajos y medianos y los países de ingresos altos y medianos se ubica en 56,7% y 20,6%, respectivamente. Canadá y Estados Unidos registraron el mayor descenso en el cambio porcentual promedio anual en el período 2000-2010. Sin embargo, la tasa de mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares en Bahamas, Brasil, Guyana, República Dominicana y Trinidad y Tabago en el 2010 se ubicó en un nivel mayor que el promedio regional (35).

Los cálculos regionales sobre la probabilidad incondicional de morir por alguna enfermedad cardiovascular entre los 30 y los 70 años de edad son mayores para los hombres que para las mujeres; los hombres tienen más del doble de probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares que las mujeres (8,6% y 4,6%, respectivamente) (1).

 

Cáncer
En la Región de las Américas, el cáncer afecta cada año a casi 3 millones de personas; en el 2012, 1,3 millones de personas murieron a causa del cáncer (1, 36). Aproximadamente 45% de estas muertes debidas al cáncer son prematuras (es decir, ocurren en personas de menos de 70 años de edad); esta cifra incluye a casi 9 000 menores de 14 años (36). En América Latina y el Caribe, las principales causas de muerte por cáncer son el cáncer de próstata, el de pulmón, el de estómago y el colorrectal en los hombres, y el cáncer de mama, el de estómago, el de pulmón, el cervical y el colorrectal en las mujeres. En cambio, en Canadá y Estados Unidos el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en ambos sexos (37).

La tasa de mortalidad por cáncer normalmente es mayor en los hombres debido a las tasas altas de cáncer de pulmón y próstata. Las excepciones son El Salvador y Nicaragua, donde las tasas de cáncer en las mujeres son mayores debido a las tasas altas de mortalidad del cáncer cervicouterino y del estómago. Si bien la mortalidad por cáncer se mantiene relativamente estable en la Región, en ambos sexos la mortalidad general por cáncer está disminuyendo en nueve países (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, México, Nicaragua, Paraguay y Venezuela) y solo ha aumentado levemente en Cuba (37). Aunque la incidencia del cáncer en América Latina es, en general, inferior que la incidencia de cáncer en regiones más desarrolladas del mundo, la tasa de mortalidad es mayor en América Latina y el Caribe. Es posible que esto se deba, en parte, a que el diagnóstico se hace en las fases más avanzadas del cáncer y una reducción del acceso a los servicios de diagnóstico, tamizaje y a tratamiento del cáncer (38).

 

Diabetes
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica y una de las enfermedades crónicas más prevalentes en todo el mundo (24, 39). Se calcula que en el 2012 hubo 305 000 defunciones causadas directamente por la diabetes, lo que representa 5% de las defunciones por enfermedades no transmisibles en la Región de las Américas (40).

Un análisis de la tasa de mortalidad prematura por diabetes reveló que una persona de 30 años de edad que vive en la Región de las Américas tiene 1,7% de probabilidades de morir por diabetes antes de llegar a los 70 años de edad. En 61% de los países, la tasa de mortalidad prematura es mayor que los cálculos regionales (1,7%). Guyana, Belice, Trinidad y Tabago, México y Honduras son los cinco primeros países de esta categoría, con una tasa de muerte prematura superior al 5,4%. En cambio, Canadá, las Islas Caimán, Martinica, Uruguay y Cuba tienen las menores tasas de muerte prematura, por debajo de 0,8% (41).

En el 2014, la tasa de mortalidad normalizada según la edad a causa de la diabetes de tipo 2 en la Región de las Américas mostraba una leve diferencia entre hombres y mujeres, al ubicarse en 35,6 y 31,6 por 100 000 habitantes, respectivamente (1). La ejecución de intervenciones basadas en la población que giren en torno a la prevención, la detección temprana, los cambios del modo de vida que se reflejen en la salud, así como las intervenciones farmacológicas, puede prevenir o retardar las complicaciones causadas por la diabetes.

 

Enfermedades respiratorias crónicas
Las enfermedades respiratorias crónicas son trastornos crónicos de las vías respiratorias y otras estructuras pulmonares. Las más comunes son el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las enfermedades pulmonares ocupacionales y la hipertensión pulmonar (42). Los principales factores de riesgo son el consumo de tabaco, la contaminación del aire (en espacios abiertos y cerrados), los alérgenos, los riesgos ocupacionales, como la exposición a productos químicos y polvos, y las infecciones frecuentes de las vías respiratorias inferiores (43).

Para la población, la carga de estas enfermedades debido a la discapacidad y la mortalidad es muy elevada: en el 2012, causaron alrededor de 413 000 defunciones, lo que representa 6,4% del total de muertes por enfermedades no transmisibles (40). La muerte prematura de enfermedades respiratorias crónicas en la Región de las Américas se redujo levemente entre 1999 y el 2013, y se ha estancado en los últimos años. En el 2013, una persona de 30 años que vivía en la Región tenía 1,4% de probabilidades de morir por enfermedades respiratorias crónicas antes de llegar a los 70 años de edad. La probabilidad de morir prematuramente por este tipo de enfermedades es mayor en los hombres que en las mujeres. De 44 países y territorios de la Región con datos disponibles, solo ocho (18%) tienen una tasa de mortalidad prematura mayor que el cálculo regional (1,4%): Guayana Francesa (2,8%), Argentina (2,1%), Belice (1,96%), República Dominicana (1,93%), Honduras (1,7%), Brasil (1,49%), Uruguay (1,46%) y los Estados Unidos (1,45%) (41).

Las enfermedades respiratorias crónicas constituyen un grupo importante de enfermedades no transmisibles,; el menor nivel de muertes prematuras se registra en la Región de las Américas. Sin embargo, es necesario vigilar y controlar la urbanización, el consumo de tabaco y la contaminación del aire en espacios interiores y exteriores, principalmente en zonas urbanas, al ser desencadenantes de enfermedades no transmisibles, para así prevenir un aumento de la morbilidad y la mortalidad por enfermedades respiratorias crónicas (40, 43).

 

Enfermedad renal crónica
Se ha determinado que la enfermedad renal crónica es un problema de salud pública cada vez mayor en todo el mundo, que merece especial atención en la Región (44, 45). Durante las últimas dos décadas, los países del istmo centroamericano han notificado un número en aumento de casos de personas que sufren esta enfermedad o mueren por esta causa. Entre estos casos, un número bastante elevado tiene un tipo de enfermedad renal crónica cuya etiología no está relacionada con las causas más frecuentes de esta enfermedad, como son la diabetes y la hipertensión. Este tipo de enfermedad renal crónica es sumamente frecuente en los trabajadores agrícolas jóvenes de sexo masculino que viven en comunidades agrícolas tradicionalmente de escasos recursos socioeconómicos. Ha estado asociada principalmente con diversos factores, entre los que se encuentran determinantes ambientales, como el uso indebido de productos agroquímicos, y riesgos ocupacionales, como la inadecuada higiene laboral e insuficiente ingesta de agua (44). En el 2013, se reconoció que esta forma de enfermedad renal crónica es un grave problema de salud pública que afecta a las comunidades agrícolas de Centroamérica (45).

De acuerdo con un análisis sobre la tasa de mortalidad de la enfermedad renal crónica de causa no tradicional, en El Salvador la tasa de mortalidad en el 2012 fue 2,5 veces mayor que la registrada en 1997 (18,7 frente a 47,4 muertes por 100 000 habitantes), mientras que la cifra registrada en Nicaragua en el 2013 fue 1,5 veces mayor que la de 1997 (23,9 frente a 36,7 muertes por 100 000 habitantes). Estos dos países tienen las tasas de mortalidad más altas y una tendencia exponencial ascendente en comparación con el resto de la Región. La tasa de mortalidad es alta en los hombres y las mujeres, pero desproporcionadamente alta en los hombres. Urge emprender esfuerzos multisectoriales para mejorar las condiciones sociales, ambientales, ocupacionales y económicas de las comunidades afectadas (46).

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